Sólo falta un mes para Nochebuena y algunos de vosotros ya estáis temblando, pues sabéis que se acerca el momento de las prisas, las compras de última hora, los sitios atestados de gente, las discusiones con la pareja por ver dónde se toman este año las uvas, las reuniones familiares en las que tienes que ver a miembros de tu familia directa o política que no soportas, la ristra interminable de cenas de Navidad con amigos y conocidos (los de la empresa, los antiguos compañeros de la Universidad, los de las clases de inglés, los del gimnasio…), etc… El resultado de todo esto es que, según las encuestas, la Navidad es sinónimo de estrés y ansiedad para la mayoría de la gente.
Pero esto no queda aquí, pues para otros estas fechas son causa de tristeza, ya que algunos de sus seres queridos han desaparecido o bien están separados de ellos por diferentes de motivos (profesionales, distanciamientos o enfados, etc…).
Entre unas cosas y otras, esta fecha del año, lejos de ser feliz y amorosa como podría ser, es un suplicio por el que la gente quiere pasar lo más rápido posible.
Lo cierto es que, aunque por una parte lo entiendo, por otra me da mucha pena, pues desde pequeña me ha gustado mucho este momento del año en el que, independientemente de cómo resulte luego la cosa, todos tenemos buenos propósitos.
Creo que la Navidad es una época bonita en la que el frío de fuera nos invita a reunirnos en el calor del hogar con los seres que más queremos. Para los creyentes será el momento de celebrar el nacimiento de Dios y para los que no lo son el mero hecho de disfrutar de unas fiestas en buena compañía. ¿No me digáis que en cualquiera de los casos no suena bien y es apetecible?
Ese debería de ser el sentido de la Navidad y muchas veces pienso que en el fondo ese es el verdadero sentido que le da la gente y que, precisamente por darle ese sentido, es por lo que se sienten defraudados cuando los resultados no se asemejan a lo que esperaban.
Tengo la teoría de que dentro de todos (incluso de aquellos que dicen que odian estas fechas) hay un niño al que le encanta la Navidad, pero que todos los años termina sintiéndose estafado por los motivos expuestos en los primeros párrafos de este post… Pero bueno, esto son teorías mías 🙂
Vayamos al grano, como me encantan estas fechas y me gustaría que todo el mundo las disfrutara lo mejor posible, he decidido hacer una promoción durante el mes de diciembre. Te propongo un 20% de descuento en las primeras consultas presenciales de flores de Bach que estén relacionadas con los temas que estamos mencionando.
Así que ya sabes, si la Navidad te supone alguno de estos problemas,
- estrés, ansiedad
- nostalgia
- tristeza
- enfados con tu pareja o con miembros de tu familia
- tensiones (por tener que estar con gente a la que no soportas, por no saber decir que no a las mil y una cenas que te proponen, etc…)
- culpabilidad porque no has estado todo lo cariñoso, atento, etc… con tus padres, abuelos, hijos… como te habías propuesto
- cansancio físico o mental
- problemas de socialización
- fobia a los sitios demasiado llenos de gente
- o cualquier otro problema relacionado con las próximas fiestas,
llámame o escríbeme (Contacto).
El objetivo es que todos pasemos las Navidades del 2015 lo mejor que podamos y para ello mejor ir calentando motores, ¿qué os parece? Si te parece bien y te gustaría tratar alguno de estos temas con flores de Bach, durante el mes de diciembre la primera sesión presencial será de 40€, en lugar de los 50€ habituales :).