Esta semana salía la noticia en la que la OMS avisaba sobre los peligros de comer carnes rojas y en especial procesadas. Afirmaban que varios estudios científicos han concluido la relación entre el consumo de este tipo de alimentos y los cánceres de colon, hígado, páncreas, estómago…
La mayoría de la población se ha quedado perpleja, alucinada y desorientada, mientras que los que nos dedicamos a la asesoría nutricional de orientación naturista hemos pensado «¡al fin!».
Está más que probado que el ser humano no está hecho para comer carne ni producto animal, dado que tanto nuestras piezas dentales como nuestro sistema digestivo (pH de nuestro estómago, largura de nuestro intestino…) son de herbívoro, pero si alguno de los que nos dedicamos a las terapias naturales, la nutrición naturista, la macrobiótica, etc… hubiéramos hecho esta afirmación, nos hubieran tildado de ineptos e incluso de locos.
Sin embargo, no es nada nuevo lo que ha reconocido la OMS esta semana; esos estudios llevan haciéndose décadas, la única diferencia es que esta vez han salido a la luz y no han quedado silenciados.
Hay muchos motivos por los que la proteína animal produce cáncer:
- acidifica el pH sanguíneo, lo cual crea el caldo de cultivo ideal para que se den mutaciones en nuestras células y para que, en el caso de que ya se hubiera producido alguna mutación, ésta pudiera llegar a ser cáncer, pues el medio ácido es el que necesita el cáncer para crecer
- produce putrefacciones intestinales entre otras cosas porque, como decíamos antes, la largura de nuestro intestino es de herbívoro, con lo cual, los desechos de los productos cárnicos están demasiado tiempo en nuestro intestino dañando nuestra flora, que es nuestra primera barrera defensora
- produce sustancias inflamatorias en nuestro cuerpo, y son precisamente los terrenos inflamados los que favorecen la aparición del cáncer
- es demasiado rica en proteína, lo cual unido a las cantidades y la frecuencia con que se toman en la sociedad actual, provoca un exceso de proteínas en nuestro organismo que ha sido demostrado que está relacionado con la proliferación de tumores. Del total de la ingesta diaria, el consumo de proteínas no debería representar más del 10-12%, sin embargo la ONU nos avisa de que en España este consumo se está superando en un 150% y lo peor de todo es que son todas de origen animal. Deberíamos de reflexionar un poco, ¿no?
- etc…
Hay muchísimos más motivos y, si estáis interesados en saber más, os recomiendo la lectura de «Mis recetas anticáncer» de la doctora Odile Fernández quien, debido a ser diagnosticada de cáncer y gracias a sus conocimientos médicos, estudió el tema en profundidad con el maravilloso resultado no sólo de superar la enfermedad por la que sus colegas la estaban desahuciando, sino además de escribir esta estupenda «enciclopedia del cáncer» en lenguaje común y ameno. Os recomiendo también su web http://www.misrecetasanticancer.com/
Pero no nos desviemos del motivo de este post que es la relación entre cáncer y consumo de carnes rojas y procesadas. Es justo decir que, aunque por supuesto, la carne propicia la aparición de esta enfermedad por los motivos arriba descritos, el gran problema o desencadenante de tal relación es la cantidad y la frecuencia.
Hoy en día la mayoría de las personas están consumiendo estos alimentos de 2 a 4 veces al día repartidas entre la comida, la cena y los bocadillos de media mañana y merienda. Sin embargo, si miramos pocas generaciones atrás, nuestros bisabuelos y tatarabuelos la comían unas cuantas veces al año.
Por supuesto que tanto desde el punto de vista personal como vegana/macrobiótica que soy, como desde el profesional como asesora de nutrición naturista y profesora de cocina macrobiótica y vegana, no recomendaría a nadie consumir carne (ni procesada ni sin procesar). No obstante, no pondría el grito en el cielo si como en generaciones anteriores la consumieran varias veces al año, dado que es muy raro que un consumo tan esporádico pueda hacer daño a nadie en lo que a cáncer se refiere. Incluso lo aprobaría si decidieran tomarla 1 ó 2 veces al mes (si es que esa fuera su determinación), dado que está demostrado que el cuerpo puede lidiar con ello tomado en esa frecuencia.
Lo que no recomendaría a nadie sería comerla a diario, aunque también reconozco que lo que no se puede hacer es decir «no hay que comer carne porque produce cáncer», como hemos escuchado en los medios esta semana, sin informar a las personas de qué opciones tienen para sustituirla. No se puede dejar a la gente sin dirección y sin saber qué comprar, qué comer, ni cómo prepararlo…, ya que, cuando se hace esto, el resultado es que tras unos días de desconcierto, una vez se pasa el miedo y si nadie nos ha enseñado alternativas, volvemos a nuestras costumbres de siempre.
Como os decía en el post «En mi consulta de asesoría nutricional I», la manera en que yo entiendo mi labor como profesional es educar en cómo comer de forma saludable. Es necesario que alguien nos enseñe qué opciones tenemos para comer más sano, qué opciones existen más allá de la comida procesada y desvitalizada… Es por ello que asesoro a muchas personas que quieren mejorar su alimentación, que quieren realizar una transición de la alimentación procesada a la natural, de la alimentación omnívora a la vegana, vegetariana, macrobiótica, etc…
Por el mismo motivo de educar, he creado las clases de cocina macrobiótica y vegana, pues creo que son una forma amena y práctica de ir aprendiendo a introducir más elementos del mundo vegetal en nuestro día a día. Muchas personas me dicen que el médico les recomienda tomar más verduras, pero como no las han cocinado en su vida, no saben qué pueden hacer con un apio, un nabo, las algas, una calabaza…
La clases son una excelente oportunidad para aprender menús completos y equilibrados en los que cubramos nuestras necesidades diarias de proteína, sin necesidad de recurrir a ningún producto animal, todo con cereales, legumbres, semillas, frutos secos, tofu, tempeh, seitán… y, por supuesto, mucha verdura 🙂
La otra opción con la que quiero aportar mi granito de arena en la concienciación y educación de la sociedad hacia una alimentación más saludable es este blog en el que pretendo seguir aportando información, ideas, noticias de eventos, recetas…
Ojalá algún día no muy lejano, los niños puedan recibir esta educación en los colegios. Mientras tanto, para todo lo que necesitéis, no dudéis poneros en contacto conmigo.
Os deseo todo lo mejor y, sobre todo (como decía Super Ratón), no olvidéis supervitaminaros y remineralizaros. ¡Ah!, y no olvidéis rebajar vuestra ingesta de carne, que de eso va este post 🙂 Me haría mucha ilusión que dejarais en comentarios vuestros testimonios diciendo que estáis disminuyendo el consumo de carne y derivados.
Feliz fin de semana y hasta pronto 🙂
(Imagen: http://www.freepick.es)